Tras el recreo llegan los idiomas, las clases de manualidades, deportes, música, acuarela y euritmia.
La educación Waldorf intenta hacer de los valores humanos el elemento central del currículo. En un entorno colaborativo, nunca competitivo, se impulsa y alienta a los niños a sentir satisfacción el trabajo bien hecho, estimulándoles a superarse a sí mismos, valorando siempre el esfuerzo individual, respetando su proceso evolutivo y atendiendo a sus necesidades de acuerdo al momento madurativo en que se encuentran.
El curriculum Waldorf cumple con las directrices marcadas por el M.E.C. y se complementa con otras disciplinas que lo enriquecen como pintura con acuarela, modelado, música, clase de manualidades y euritmia (arte de la palabra y del movimiento).