LA IMITACIÓN

Es la forma de aprender que tiene el niño en la etapa que va desde la concepción hasta los 7 años.

Los niños pequeños están totalmente entregados a su entorno físico: absorben el mundo básicamente a través de sus sentidos y responden con la forma más activa de conocimientola imitación.

Y es esta capacidad, junto a la acción repetida y el juego libre, lo que determina el aprendizaje en la primera infancia y lo que va llevando al niño a la madurez escolar.

No es la instrucción intelectual, sino la imitación lo que hace que vayan desarrollándose las etapas básicas de la evolución humana (erguirse, andar, hablar…). La imitación surge del interior del niño y cada uno imita de manera única e individual lo que percibe.

De ahí la importancia del entorno que rodea al niño (los juguetes, la alimentación, los colores), como también de los gestos, palabras y actos de las personas que les cuidan. El niño imita sin discriminar, por lo que los adultos hemos de ser un modelo digno de ser imitado.

EL ADULTO EDUCADOR

En todos los sentidos, la actitud de los educadores es fundamental. Han de encarnar en sí mismos el amor sincero hacia los niños y sus familias, hacia los compañeros y hacia la propia tarea educativa, la alegría ante el trabajo, la iniciativa, el compromiso de la autoeducación constante, etc.

El educador ha de actuar en todo momento consciente de ser ejemplo a imitar para los niños y prestando una cuidadosa atención a la individualidad de cada uno de ellos para poder ayudarlos en su camino hacia sí mismos y hacia la sociedad.