LAS FAMILIAS

Las transformaciones en la forma de vida de nuestra sociedad constituyen una gran preocupación para muchos padres y madres que buscan calidad y respeto en la educación y formación de sus hijos. Si queremos que la educación despierte en el alumno seguridad en sí mismo y sentido de participación y responsabilidad social, son necesarios los espacios educativos donde se practiquen esos valores, donde familias y maestros trabajen juntos.

Por ello, otro aspecto fundamental de nuestro Jardín es el de crear un ambiente de comunicación respetuosa, fluida y un espacio de encuentro entre familias y maestros, con el único objetivo de contribuir, de forma conjunta, al desarrollo armónico y saludable del niño. Además, las familias colaboran en las tareas que sean necesarias en la escuela, asisten periódicamente a las reuniones pedagógicas y participan en las fiestas y en los momentos de encuentro de toda la comunidad educativa.

EL CONTACTO CON LA NATURALEZA

Todos los días los niños juegan libremente en el jardín de la escuela durante un tiempo largo.

Disponer de un jardín permite que los niños aprendan a relacionarse con la naturaleza, además da la oportunidad de correr, saltar, mojarse, esconderse, trepar, columpiarse, subirse, enterrarse, caerse y levantarse, … construir con piedras, hojas, palos, tierra… observar animalitos en sus tareas, árboles con sus frutos, el rocío invernal…sentir el viento, la lluvia, los olores en el aire fresco… Todo un mundo de aprendizaje, crecimiento y salud.

A través del cuidado del huerto escolar los niños experimentan los ciclos de la naturaleza de forma directa y trabajan el desarrollo psicomotor desde otra vertiente, ampliando también su campo de experimentación para el juego creativo. Además potencia el trabajo en equipo y conocen la importancia del esfuerzo y la constancia necesarios para que la tierra pueda ofrecernos los alimentos que nos nutren.